Gesell se caracterizó por su visión optimista del mundo humano y su creencia en la evolución conjunta del hombre y la sociedad. Este punto de vista se trasladó a su concepción del desarrollo infantil a través de una filosofía en la que se conjugaban herencia y ambiente de modo tal que un ambiente planificado podía ayudar a la maduración
Según el autor, todo organismo era dueño de un impulso tendiente al desarrollo óptimo, que consistía en alcanzar el máximo grado de madurez
Él propuso una filosofía evolucionista, que ocupaba un lugar intermedio entre ellas. Dicha filosofía tenía su origen en la naturaleza y las necesidades del niño, considerando el determinismo dado por la herencia racial y familiar, y se focalizaba en el problema de la adquisición de cultura en función del crecimiento, otorgando gran importancia a la conducción cultural.
¨Ni la civilización más tecnológica puede sobrevivir si no es compatible con las leyes de la conducta y el crecimiento orgánico ¨
Gesell pensaba los aportes de la psicología en el marco de un proyecto más amplio de intervención de la medicina a nivel social: una Pediatría de tipo evolutivo que vigilara los rasgos físicos y psicológicos comenzando desde la higiene mental de los padres para supervisar luego el desarrollo del niño a intervalos significativos
¨. El precepto sería el de una vigilancia concebida democráticamente, vale decir, que recayera sobre todos para asegurar iguales oportunidades de lograr un desarrollo “más perfecto” (Gesell & Ilg, 1960)¨